✔ Habéis pensado alguna vez, ¿Y si la empresa más feliz del mundo estuviera en cada uno de nosotros?
Conseguir que los empleados de una empresa se encuentren felices dentro de ella es algo que a priori pudiera parecer complicado, pero que va mucho con la “cultura empresarial”. Tener una cultura definida y en la que los trabajadores se encuentren parte integrante de ella es parte fundamental de este objetivo, trabajando los valores de forma repetida y sistemática.
No es tan importante que todos los integrantes de la empresa sean iguales, pero sí que encaje con esos valores y, por lo tanto, en conjunto puedan trabajar bien.
En las relaciones humanas se dan todo tipo de situaciones. Hay personas que se llevan muy bien con unos, pero no con otros. Hay personas que merecen la confianza de unos, y a otros no les inspiran ninguna confianza. Y de esta variedad de situaciones, surge el entramado de relaciones en una organización.
Pero no nos creamos todo. Dentro de la empresa las relaciones pueden parecer una burbuja acogedora donde la vida pasa sin sobresaltos y donde la “cultura de la acomodación” impregna hasta el último rincón empresarial. Es el auténtico INCOSCIENTE CORPORATIVO. Todo el inconsciente social que se palpa en nuestra sociedad también llega a la empresa y a las estructuras organizativas. Para ello, la dirección empresarial y en concreto la gerencia, debe transmitir esa cultura empresarial basado en el esfuerzo y en el compromiso laboral. Esto realmente es la “excelencia” en la dirección. Cuando esto se hace latente y se pone en entredicho la labor “calientasillas” de muchos, es cuando la burbuja acogedora estalla por los aires.
Hay que comprometer a los miembros de la empresa, dando credibilidad con el ejemplo, aportando una cultura corporativa única, donde las relaciones interpersonales cohabitan en el espacio corporativo. Las nuevas técnicas y métodos para mejorar la organización del trabajo y por consiguiente la productividad y rentabilidad profundiza en el entramado de las relaciones humanas empresariales, comprometiendo al trabajador en un compromiso sincero con los objetivos de la organización. Y ahí es donde encontraremos al trabajador feliz. Cuando da y recibe por ello en un trabajo de lucha y compromiso.
Las organizaciones deben asumir que la clave decisiva para el éxito está en las personas, exactamente en la habilidad que esas organizaciones tengan para liberar las potencialidades ocultas o dormidas de su personal y aprovecharlas plenamente en la consecución de sus metas corporativas, las cuales deben ser convergentes con las de las personas que habitan esas corporaciones.
Es muy preocupante que en muchas empresas habite el conformismo gerencial generador de una cultura y un inconsciente corporativo acomodado.
Nos pasamos horas, días, semanas e incluso año pensando en lo que haremos en el futuro, como será el trabajo que desempeñaremos sin recaer en que lo importante es el presente. Sin ese presente, no hay futuro. Y ahí, es donde trabajando primero con nosotros mismos y después en equipo, lograremos con ritmo ascendente pensar en el futuro. No nos engañemos, veamos la importancia de trabajar en equipo, la seguridad de compartir un proyecto y una cultura empresarial hace que cualquier obstáculo sea salvable sabiendo que todos nos beneficiamos de un trabajo bien realizado, pero, si un INCONSCIENTE CORPORATIVO no modifica sus hábitos y conductas, nuestras metas y objetivos se verán seriamente afectados.
Una buena atención personalizada por parte de la Dirección de la empresa o de un departamento de RR.HH puede ayudar a prevenir, gestionar y solucionar los conflictos interpersonales en una empresa, optimizando el rendimiento laboral y empresarial de sus componentes.
Cuando nos encontramos ante un ser humano con unos principios y unos valores, percibimos unas emociones o sentimientos especiales, cuando debería ser algo normal. En esta época turbulenta de egoísmos enfermizos e insatisfacción general, necesitamos referentes cercanos de comportamientos solidarios y entrega social y colectiva.
Hay muchos seres humanos que se han atrevido a luchar y cambiar las condiciones externas de muchos trabajos y que son LÍDERES EMPRESARIALES que han sabido llevar a sus empresas un liderazgo democrático y una cultura empresarial fuerte. Es aquí donde el directivo empresarial impulsa al resto del equipo a sacar adelante el proyecto y donde los INCONSCIENTES CORPORATIVOS aparecen sobresaltados e incluso asustadizos, no quieren ser proactivos, no quieren implicarse en el proyecto, no quieren luchar por objetivos y lo único que piensan es en “escaquearse”.
De nuevo, este perfil vuelve a e interferir enormemente en el trabajo del resto de compañeros, donde sus obligaciones laborales las deja en manos de resultados de terceros y donde sobrecarga a compañeros comprometidos con su profesión que pueden sentirse sobrecargados con tanta responsabilidad. Y otra vez, volvemos a ser infelices en la empresa….
Lo más grave para una empresa es no saber diagnosticar a tiempo a los INCONSCIENTES CORPORATIVOS, ya que cuanto más tiempo estén en la organización, más grave será el daño que hagan. Muchas veces sus secuelas pueden tardar meses y años en sanar habiendo dejado cicatrices y heridas difíciles de curar, además de brechas en la cultura empresarial que puede costar años en volver a recuperar.
La Dirección de la empresa es la responsable de crear una cultura empresarial fuerte, transparente y que genere compromiso y colaboración entre todos los miembros que la componen para lograr lo que muchos creen como utópico que es SER FELIZ TRABAJANDO.
▸Estimado lector, ¡¡gracias por su tiempo!!