✔ En plena cuarta Revolución Digital, nuevas profesiones especializadas en tecnologías están floreciendo a un ritmo que el mercado laboral no es capaz de satisfacer. Con el fin de cerrar esta brecha, las empresas están ofreciendo a sus empleados formación UPSKILLING y RESKILLING. La diferencia entre ambos conceptos está en el objetivo de la formación: mientras el UPSKILLING busca enseñar a un trabajador nuevas competencias para optimizar su desempeño; el RESKILLING también conocido como reciclaje profesional, busca formar a un empleado para adaptarlo a un nuevo puesto en la empresa. En líneas generales, se dice que el primero crea trabajadores más especializados y el segundo más versátiles.
En cualquiera de los dos casos este tipo de formaciones combaten la brecha digital, reducen los procesos de selección, ayudan a crear fidelidad y retener talento, mejora la reputación corporativa al ofrecer formación continua a la plantilla y promueve una cultura de empresa dinámica.
Como consecuencia, en los próximos años nos encontraremos —de hecho, ya ocurre— con un déficit profesional para cubrir determinados puestos de trabajo que requieren de individuos con capacidades tecnológicas especializadas.
Para implementar un PLAN DE UPSKILLING o un PLAN DE RESKILLING en la empresa debemos previamente:
-Estudiar cuales son las necesidades del negocio para detectar cuales son los trabajos que se necesitan y las habilidades que se precisan.
-Evaluar las habilidades de la plantilla para determinar que parte de la plantilla necesita UPSKILLING o RESKILLING.
-Diseñar un SISTEMA DE FORMACIÓN con diferentes perfiles facilitando el entrenamiento con herramientas digitales y horarios flexibles preferentemente en horario laboral.
-Realizar una evaluación continua para valorar el progreso y analizar detenidamente el progreso de los empleados.
El RESKILLING LABORAL es la clave del Reciclaje Profesional, ya que algunas empresas encuentran serios problemas en cubrir determinados puestos por eso el Departamento de Recursos Humanos encuentra una solución en formar a sus empleados en vez de buscar a los profesionales fuera. Pretende formar a los empleados con el fin de ampliar su expertise y poderlos reubicar, así, en otras funciones o áreas de la empresa. Se trata de anticiparse al posible momento en el que su puesto pase a ser prescindible y desaparezca.
El UPSKILLING consiste en adquirir Nuevas Habilidades útiles para el puesto de trabajo actual. Pueden ser herramientas que ayudan a ser más productivo, habilidades sociales, las últimas tendencias en software, etc. El UPSKILLING también pretende dar respuesta a los perfiles cada vez más multidisciplinares que requiere la era actual, global y digitalizada, en la que los profesionales están llamados a dotarse de competencias (creatividad, innovación, resiliencia, pensamiento crítico, inteligencia emocional, etc.) que ayuden a poner en valor su función en un momento en el que las máquinas pueden llegar a adueñarse de aquellos puestos y tareas de menor impacto.
El reciclaje laboral no consiste solo en adquirir conocimientos. La revolución digital de las organizaciones exige a sus profesionales nuevas habilidades técnicas, pero también emocionales.
Estas competencias se conocen como Soft Skills y tienen que ver con las habilidades sociales, la capacidad de comunicación y de adaptación al cambio, la organización o la creatividad. Todas ellas resultan fundamentales para moverse con soltura en los nuevos entornos laborales, donde el trabajo en equipo, la comunicación fluida entre distintos departamentos y los cambios constantes tienen más presencia que nunca.
Por su parte, las habilidades técnicas, también llamadas Hard Skills, son específicas de cada oficio. SEO, SEM, análisis estadístico, programación, manejo de software, diseño… son algunos ejemplos.
Además de lo anteriormente mencionado, para las empresas la incorporación de estas dos modalidades estratégicas de formación será algo inevitable. El 54% de los empleados necesitará actualizar o recapacitar sus conocimientos para el año 2022 y evitar la disrupción tecnológica, según los datos que aporta el informe del Foro Económico Mundial.
Alguna de las barreras que se plantea es el análisis de los costes que puede suponer la disrupción tecnológica y si el gasto en su reducción debería ser asumido en solitario por las empresas o podría apostarse por la colaboración público-privada para este fin. Las conclusiones se dan en positivo. El gasto que conlleva capacitar a un empleado para hacerlo competente en los nuevos escenarios tecnológicos es un 25% inferior a los beneficios que generaría. Así que, merece la pena, en términos de inversión, según apunta un informe del Foro Económico Mundial.
Por otro lado, hay quien apunta que las estrategias de RESKILLING y UPSKILLING son también una apuesta por la estabilidad laboral. Mantener frescos los conocimientos y ofrecer la posibilidad de continuar aprendiendo acabarían con la sensación de estancamiento contribuyendo a la motivación y la satisfacción laboral a la vez que se prepara a la plantilla para los nuevos retos que deben afrontar las empresas.
Estimado lector, ¡gracias por su tiempo!