✔ Todas aquellas disciplinas en las que el comportamiento humano es parte fundamental en el desarrollo de su aplicación práctica se prestan no solo a diversas interpretaciones sino también a convertir en «expertos» en la materia a quienes creen conocer las claves de ese comportamiento. Hoy trataremos una disciplina en parte desconocida para muchos: «El Protocolo, algo más que una herramienta de comunicación que nos permite relacionarnos de una forma determinada con los demás».
Reducir sus funciones a un solo aspecto de todos aquellos que forma parte de esta disciplina nos da una visión incompleta y errónea de la misma y, además, perjudica también a las partes que la complementan formando un todo, perdiendo la terminología específica que las define.
Una disciplina que abarca diferentes ámbitos (institucional, empresarial, deportivo, cultural, social…); que establece sinergias con otras disciplinas afines (derecho, historia, marketing, relaciones públicas, diseño, periodismo…); y que, en definitiva, como herramienta de comunicación se adapta a las nuevas necesidades y formas que dicho proceso de interacción supone, exige una especialización dentro de la materia.
Hoy en día la formación académica en Protocolo está garantizada, grados y masters especializados como el Master de Dirección de Protocolo y Comunicación de GADEBS (que incluye el Curso de Gestión de Eventos) nos dan la posibilidad de adquirir las competencias teóricas y profesionales específicas para esta disciplina. Dominio de nuevas tecnologías, idiomas, capacidad de gestión, habilidades sociales y de comunicación, son algunos de los requisitos imprescindibles para trabajar en una profesión donde es fundamental saber controlar tiempos y espacios en los que van a interactuar una serie de personas a las que se debe aconsejar, orientar, insinuar o convencer sobre cuál es la mejor forma de comportarse en un determinado escenario.
Los valores de un profesional del Protocolo y la Comunicación
Para aquellos que se quieran dedicar al mundo del Protocolo y la Comunicación, la capacidad para olvidar todo lo que se ha visto y oído es una de las características imprescindibles para poder ejercer con éxito en una profesión donde la más mínima indiscreción puede tener consecuencias importantes que nos repercuten en nuestra imagen y credibilidad de las personas para las que prestemos nuestros servicios. De hecho, la discreción es en gran parte la base de la confianza.
Pocas personas se sentirían seguras al compartir información con otras que pudieran a su vez compartirlas con otras, de igual manera que tampoco nos sentimos cómodos cuando ciertas personas hablan de su propia intimidad a doquier prestando su «generosidad» con la información de otros.
❝En el mundo del Protocolo, la Comunicación y los Eventos, el profesional debe de tener unas características muy especiales y que se basan en la sensatez, eligiendo en cada momento el comentario oportuno y valorando las consecuencias, el autocontrol sabiendo que, aunque se tenga información de primera mano cierta e interesante deberíamos declinar realizarlas si con ello se traiciona el secreto de intimidad de otros, respeto y lealtad hacía la persona que ha confiado su intimidad, empatía y tacto siendo prudente con las emociones del otro.❞
En un mundo dominado por las redes sociales, la premisa es publicar todo lo que hacemos, porque exponernos y exponer todo lo que hacemos está de moda. Da igual de lo que se trate el objetivo es compartir y exponer la vida privada. Así, en un mundo en el que todo parece un escaparate la discreción parece un valor en desuso. Sin embargo, el valor de la discreción está bien considerado, y no está pasada de moda en algunos ámbitos y ambientes. Es decir, en algunos trabajos por ejemplo los relacionados con el Protocolo y la Comunicación o determinados contextos sociales la discreción es un valor importante y las relaciones interpersonales se establecen procurando respetar la intimidad de las personas fundamentalmente relacionado con su vida privada.
Pero esta discreción, no es solamente en el ámbito de la forma o la manera de hablar y/o relacionarse, sino también en acciones como la forma de moverse o incluso de vestirse.
El profesional del Protocolo y la Comunicación puede y debe aportar mucho a esta sociedad. Para ello, debe funcionar como parte de la estrategia de comunicación de empresas e instituciones. La industria del Protocolo, Comunicación y los Eventos está en constante reinvención, proponiendo nuevos conceptos, nuevas estrategias, solucionando problemas a empresas y clientes. Imaginemos el valor del Protocolo, la Comunicación y los Eventos tras la situación de la pandemia COVID-19. De repente, organizamos conciertos de música virtuales, nos acercamos a la visita a museos o galerías a través de nuestros portátiles y montamos reuniones en streaming etc.
Los profesionales del Protocolo y la Comunicación deben de ser conscientes de lo mucho que pueden aportar al sector y a la profesión. Máxime en una situación como esta y en un contexto difícil en el que será necesaria la reconversión de muchas de las pautas y cánones prestablecidos.
En estos días, la actualidad está colmada con comparecencias de autoridades, apariciones públicas y eventos en los que participan: una rueda de prensa sin prensa, la visita a un hospital, una entrega de mascarillas casa por casa, una reunión por videoconferencia. Cada imagen es una muestra más de que se puede aportar mucho desde el punto de vista del Protocolo y la Comunicación. Elementos, acciones y secuencias que ayuden a transmitir el mensaje y siempre ayudando a la estrategia global de comunicación. Si no entendemos esto, el protocolo será desechado. La comunicación hoy en día manda, y nosotros tenemos que ayudar a transmitir y a comunicar. El protocolo junto con la comunicación es una herramienta perfecta para ello.
Es ahí donde más se puede aportar, pues el sector cuenta con experiencia y una visión especial para lo que se conoce como «el directo». Control de secuencias, capacidad de análisis y adaptación a la escenificación, manejo de la legislación y conocimiento de las costumbres, tanto locales como internacionales. Del mismo modo, los profesionales del Protocolo y la Comunicación son conscientes del funcionamiento de los medios y cuáles son sus intereses, conocen también las formas y virtudes de las autoridades para las que trabajan y tenemos, o deberíamos tener, una especial sensibilidad con lo que le ocurre a la sociedad y ser trasmisores de primer orden.
❝Si te gusta el mundo del Protocolo y la Comunicación en GADE BUSINESS SCHOOL ponemos a tu alcance el Master de Dirección de Protocolo y Comunicación que colmará todas tus expectativas y desafíos.❞
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