En la empresa, estábamos acostumbrados a hablar de centros de beneficio y centros de costos El área financiera general, y el departamento de tesorería en particular, se ha considerado tradicionalmente como centro de costos. Sin embargo, el Cash Management siempre lo ha considerado y lo sigue considerando un centro de beneficios. Este tratamiento, muy distinto a la concepción administrativa o tradicional, está basado en las siguientes consideraciones: Constantes cambios en los mercados financieros y en los nuevos instrumentos financieros. Uso de los mercados regionales, nacionales e internacionales frente a los mercados locales. Repercusión en las estructuras económicas de las empresas, de los gastos e ingresos financieros producidos por la política financiera y por los tipos vigentes en cada momento. Consideración del valor del dinero en el tiempo y valorarlo como un recurso escaso y caro. Fuerte competencia en los mercados financieros.
Los principios básicos del Cash Management son: el coste alternativo del dinero en el tiempo, la optimización del float (cuando el flujo de fondos operativos no siempre es exacto y se pone de manifiesto cuando llega el vencimiento y no se realiza el pago), la valoración bancaria y la reducción de saldos ociosos.
En forma general, puede entenderse que Cash Management, supone el día a día en la empresa: cobrar, pagar y negociar con los bancos para que el dinero trabaje con agilidad, ya que mediante este las empresas pueden:
—Disminuir las necesidades de financiamiento a corto plazo.
—Rentabilizar los excedentes de fondos monetarios.
—Atender en todo momento y en las mejores condiciones las obligaciones monetarias.
—Asegura la liquidez.
—Obtener fondos financieros al menor costo posible.
Para sacarle provecho al Cash Management debemos tener en cuenta:
—Saber cuándo, dónde y cómo surgen sus necesidades de efectivo.
—Conocer las mejores fuentes para satisfacer necesidades de efectivo adicionales.
—Estar preparado para satisfacer estas necesidades cuando se producen y mantener buena relación con banqueros y acreedores.
La forma de estructura del Cash Management de una empresa o persona física dependerá en parte del grado de expansión de la organización o la capacidad de las metas a lograr, ya que en función de si la empresa cuenta o no con varias localizaciones, será necesario delegar funciones y nombrar, entre otros puestos, a Directores Financieros y/o Jefes de Contabilidad para las sedes locales.
Muchas multinacionales se han servido de un Cash Management para obtener ventajas fiscales y operativas, de ahí, que hoy en día estén en el punto de mira, ya que, según la Unión Europea algunos países se benefician frente a otros. Además de estar caracterizados por su elevado precio de implantación y su coste de mantenimiento, tendrían que realizar contrataciones de personal en el país en cuestión y establecer oficinas permanentes. El Cash Management tiene como objetivo principal también automatizar gran parte de las operaciones diarias dentro de la empresa ofreciendo el máximo nivel de detalle y manteniéndola bajo control permanentemente. Realmente realizan funciones en muchas ocasiones propias de un banco, todo ello bajo un estricto Plan efectivo basado en: Gestión de pagos y cobros. Gestión de la tesorería: servicios de información, centralización de cuentas. Tarjetas de empresa. Canales electrónicos como Banca Net, banca móvil. Otros servicios de valor añadido: adaptador de ficheros, correspondencia virtual, conciliación a medida.
En definitiva, la eficiencia del Cash Management dependerá del tipo de Organización. La complejidad del actual entorno empresarial se caracteriza por una fuerte incertidumbre económica y política, como lamentablemente ya conocemos. La reducción del crédito, el aumento de la morosidad y la reducción del capital corriente o circulante y el imparable avance de las tecnologías aplicadas a las Finanzas son ingredientes que completan la situación. En esas circunstancias, los responsables de las áreas financieras de las empresas y, principalmente, de sus tesorerías deben (aún más) planificar sus actuaciones y optimizar la gestión de los recursos posibilitando un crecimiento rentable y, adicionalmente, generar el suficiente valor para las empresas.