✔ Estamos inmersos en una tendencia hacia el dinero digital y la pandemia del COVID no ha hecho más que acelerar este proceso. En nuestro país, el pago con tarjetas de crédito ha superado por primera vez al pago con dinero en efectivo. Europa y en concreto el Banco Central Europeo (BCE) parece estar decidido a crear una divisa digital europea, que, inicialmente, sería complementaria al dinero en efectivo y logrará que por cada euro digital emitido desaparezca un euro físico. El valor de ambas monedas será exactamente el mismo; por lo que para cualquier usuario será idéntico tener una moneda en su bolsillo o un euro en su monedero. Una de las consecuencias es una mayor agilidad en los pagos, por ejemplo, con las transferencias que se lleven tanto dentro como fuera del territorio nacional, es que gracias al Euro digital se podrán realizar de forma más rápida. La digitalización de esta moneda permitirá mejorar y optimizar el sistema financiero actual, así los usuarios y las entidades financieras de la región podrán realizar pagos de manera inmediata, moviendo el dinero entre entidades o particulares al instante. El Euro digital permitirá la realización de pequeñas transacciones, incluso de fracciones de euro de ser necesario, algo que con el dinero físico no es posible. También permitirá la realización de transacciones por tarifas de comisión muy pequeñas, en comparación con los instrumentos financieros tradicionales.
Grandes potencias como China, Japón, Rusia, y probablemente Estados Unidos, están desarrollando una moneda digital como parte de su estrategia para dominar el sistema financiero mundial. Debido a esto, la Unión Europea se ve en la necesidad de desarrollar una moneda digital con el potencial de hacer frente a las innovaciones que presentan otras naciones, y que podrían poner en tela de juicio la capacidad de la región para garantizar su estabilidad económica. Debido a esto, el Banco Central Europeo (BCE) está en la obligación de emitir su propia moneda digital; una que garantice la accesibilidad del dinero del banco central a los ciudadanos, y que garantice la permanencia del dinero en manos de la entidad y no de corporaciones privadas. Así mismo, la importancia de la emisión de un Euro digital juega un papel fundamental dentro de las economías europeas que cada día disponen de menos efectivo para realizar pagos.
Este Euro digital buscará competir y no quedarse atrás frente a las criptomonedas nacionales que están impulsando otros países alrededor del mundo. En el caso de España, es Iberpay la empresa encargada de centrarse en el proyecto junto con los bancos más importantes de España. Iberpay se encargará de los fondos y será la encargada de emitir los tokens a las entidades bancarias que a su vez lo repartirán entre sus clientes. En el caso del Euro digital, solo podrá ser utilizado en los países en los que es posible utilizar el euro, y lo mismo en el caso del resto de monedas emitidas por bancos centrales.
El Euro digital supondrá una «revolución» para la estructura actual del sistema financiero y la adaptación de la política monetaria tradicional al nuevo entorno exigente, dominado por Internet y las tecnologías asociadas con la información. Respecto a las implicaciones para el usuario final realmente serán pocas, es decir, va a haber euros digitales, el usuario los verá en su cuenta como si fuesen euros tradicionales, pero podrá operar en Internet con mucha más facilidad.
El lanzamiento de un Euro digital implicará riesgos para el negocio bancario al evitar la dependencia de la banca minorista, que ha sido el intermediario financiero clásico entre bancos centrales y clientes minoristas.
El dinero digital llegó hace mucho tiempo a nuestras vidas y lo hizo para quedarse. A finales de agosto de 2020 ya había más de 6.500 criptomonedas en circulación cada vez más populares y la tendencia a reducir el uso del dinero en efectivo en algunos países han provocado que los bancos centrales de medio mundo hayan puesto el foco en estos activos digitales. El Banco Central Europeo con una moneda digital (CBDC) que se diferencia de las criptomonedas en que está emitida por un banco central y sujeta, por tanto, a las leyes del territorio donde opera. Se trata de la representación digital de la moneda oficial europea.
Las principales características de las monedas digitales son:
- La conversión y el valor será la misma que con el dinero físico y se evitará la volatilidad.
- Serán aceptadas y estarán disponibles para todo tipo de transacciones ‘online’ y ‘offline’ 24/7.
- Su coste será bajo y casi nulo en los momentos de creación y distribución final del dinero.
- Constituirán en todo momento un sistema seguro y resiliente ante posibles ciberataques, caídas de los sistemas o disrupciones.
- Podrán ser operables entre diferentes sistemas bancarios.
- Hablaremos de monedas robustas y legales gracias al respaldo de un banco central.
La carrera por el liderazgo de las divisas digitales ya ha comenzado y, tanto Europa como China, quieren tomar la delantera e impedir que las criptomonedas no reguladas sean el actor principal del mundo de los pagos digitales. En nuestro entorno más cercano, Suecia es la referencia en la adopción y uso de dinero digital. El 70% de su población utiliza el servicio de pagos móviles Swich para realizar pequeñas operaciones. Y ya ha puesto fecha para acabar con el dinero físico: 2023 es el objetivo que se baraja. En España, con una fuerte presencia del dinero físico y una economía sumergida que supone un 18% del PIB, aplicaciones
como Bizum ha experimentado un rápido crecimiento durante la pandemia. La solución de pago por móvil de la banca española ha registrado los 10 millones de usuarios y los 165 millones de operaciones ¿Supone esto que vamos hacia la llamada sociedad sin efectivo?
De momento, parece que vamos hacia una moneda digital y centralizada. Está por ver si también nos encaminamos hacia un mundo sin dinero en efectivo.
Estimado lector, ¡gracias por su tiempo!